4 de agosto de 2024

Imperialismo, capitalismo y feminismo blanco

El sentido del feminismo blanco es perpetuar la supremacía blanca.

Que la participación en los Juegos Olímpicos del voleibolista de los Países Bajos Steven van de Velde condenado por violar repetidas veces a una niña de 12 años no sea centro de debate, pero sí Imane Khelif, boxeadora de Argelia con una rara condición médica (porque sí tiene vagina y menstrúa), evidencia la ingeniería social detrás del movimiento feminista.

En su ensayo “Contra el Feminismo Blanco” de Zakaria, Rafia, esta abogada, feminista y periodista pakistaní, señala a través de ejemplos concretos la complicidad entre el imperialismo, el capitalismo y el feminismo blanco.

Porque no es un secreto que han sido mujeres blancas de clase media alta las únicas que han ocupado durante mucho tiempo el lugar de “expertas” en el feminismo.

El término, sin embargo, no describe la identidad racial, sino una serie de supuestos y comportamientos que han sido integrados en el feminismo dominante occidental.

En palabras de Esther Mayoko Ortega, historiadora, doctora en filosofía de la ciencia, profesora universitaria española y activista, “el ensayo de Zakaria es una obra punzante pues realiza un brillante ejercicio de análisis de la blanquitud feminista y su racismo”.

Porque detrás de la inmundicia vertida sobre Imane Khelif, Dutee Chand, Caster Semenya o Annet Negesa, todas ellas mujeres deportistas de élite con condiciones médicas similares, hay un patrón además de la testosterona alta: no son blancas.

A todas ellas se les ha intentado expulsar de la arena en un acto más racista que científico, pues al parecer los niveles hormonales están siendo sujetos a características blancas.

La Asociación Internacional de Boxeo (AIB), el órgano que descalificó a la boxeadora argelina en 2023 con una prueba que jamás dio a conocer, por ejemplo, fue vetada por el Comité Olímpico Internacional (COI) por actos de corrupción, irregularidades financieras y malas prácticas de arbitraje.

Hasta la fecha, los detalles de esa prueba realizada a Imane Khelif siguen sin ser revelados por la AIB que se limita a decir que fue un test “independiente y reconocido”.

En un Norte global racista, desnudar ese racismo del feminismo blanco es una tarea que tienen por delante los grupos afrofeministas, pues como la misma Esther Mayoko ha señalado, “debe hacerse frente a un feminismo blanco indolente e ignorante de su propia posición de supremacía”.

Basta ver a un blanco europeo violador pasar relativamente desapercibido de la discusión pública, y en dramático contraste a una mujer africana ser el centro de una tormenta de odio alimentada sutilmente por los medios dominantes, el Estado profundo y el feminismo blanco.

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