En exceso hasta el amor es malo y el agua no es la excepción, pero salvo quienes han padecido por las lluvias torrenciales, la verdad es que las precipitaciones no solo son un remanso para la naturaleza sino que también benefician la salud.
Cuando pensamos en lluvias, usualmente, estamos acostumbrados a relacionarlo con aspectos negativos como no poder salir, tráfico, inundaciones, frío.
Sin embargo, en términos medioambientales las precipitaciones pluviales representan todo lo contrario: mejoran la calidad del aire, recargan los mantos acuíferos y alimentan las reservas de agua potable.
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Pero eso no es todo, está comprobado que el sonido de la lluvia genera un efecto relajante en nuestra mente y cuerpo, ayudando a reducir el estrés, la ansiedad y la tensión muscular.
Además, su olor característico conocido como “petricor” está asociado con una notable mejora en el estado de ánimo. ¡No hay nadie a quien no le guste el olor a tierra mojada!
Y a pesar de que la agüita desanima a algunas personas a salir, puede ser una oportunidad única para disfrutar de actividades físicas al aire libre de manera diferente.
Caminar bajo la lluvia o correr mientras las gotas caen y escurren sobre nuestro rostro y cuerpo, transforma el acto más simple en toda una experiencia refrescante y estimulante.
El ejercicio al aire libre, incluso bajo la lluvia, proporciona beneficios adicionales como mejorar la circulación, fortalecer el sistema inmunológico y reducir el riesgo de enfermedades crónicas como diabetes y enfermedades cardiovasculares.
Así que no nos “agüitemos” y siempre con seguridad disfrutemos de las bellezas y las bondades de la temporada.
¿Cuándo fue la última vez que caminaste bajo la lluvia?